LA MORDAZA O EL BARBERO DE HIERRO

Instrumento de tortura que consistía en sofocar los gritos de los condenados para que no estorbaran la conversación de los verdugos. A menudo se aplicaba a los condenados a la hoguera y sobre todo durante los actos de fe, porque sino los gritos interferirían con la música sacra.

Aparte de silenciar los gemidos de dolor, la mordaza contenia un agujero el cual permitía el paso del aire, pero el verdugo lo podía tapar con la punta del dedo y provocar la asfixia.
En la actualidad; existe una gran mordaza de hierro que nos oprime quitandonos la libertad de expresarnos. Esta mordaza esta conformada por la sociedad, la iglesia, los tabús, la corrupción y demás.

Este blog lo que busca es eliminar toda la xenofobia y demás males antes mencionados, para poder compartir con personas de todo el mundo, que sean amantes de temas como música, literatura, cultura, cine, leyendas, mitos, etc.
Si eres una persona que gusta de estos temas y no estas sumido aún en lo vacío y vano de esta materialista sociedad, se bienvenido a la "Mordaza De Hierro", y abre tu mente para que no te conviertas en una marioneta más. Se capaz de romper con todos los estandares y crea tus propios criterios sin importar lo que opinen los demás.


viernes, 14 de agosto de 2009

LAS GÁRGOLAS

Los guardianes frente al mal. Se les asocian con almas condenadas por sus pecados, simbolos demoniacos o hasta guardianes de las iglesias para alejar al diablo, ja,ja cuando si existiera el diblo, más bien le deben de fascinar. Pero el punto es de que son figuras que se prestan para facinanteshistorias. Se asoman desafiantes en las cornisas de las grandes catedrales góticas. Monstruos infernales, imágenes grotescas, muecas burlonas o animales dantescos. Cualquier representación es buena si consigue su objetivo: custodiar el recinto sagrado de los embates del Maligno. Son las defensoras pétreas, depositarias del encargo divino... Son las gárgolas.

Origen legendario. Refiere la tradición oral francesa la existencia de un dragón llamado La Gargouille, descrito como un ser con cuello largo y reptilíneo, hocico delgado con potentes mandíbulas, cejas fuertes y alas membranosas, que vivía en una cueva próxima al río Sena. La Gargouille se caracterizaba por sus malos modales: tragaba barcos, destruía todo aquello que se interponía en la trayectoria de su fiero aliento, y escupía demasiada agua, tanta que ocasionaba todo tipo de inundaciones. Los habitantes del cercano Rouen intentaban aplacar sus accesos de mal humor con una ofrenda humana anual consistente en un criminal que pagaba así sus culpas, si bien el dragón prefería doncellas.

En el año 600 el sacerdote cristiano Romanus llegó a Rouen dispuesto a pactar con el dragón si los ciudadanos de esta localidad aceptaban ser bautizados y construían una iglesia dedicada al culto católico. Equipado con el convicto anual y los atributos necesarios para un exorcismo –campana, libro, vela y cruz–, Romanus dominó al dragón con la sola señal de la cruz, transformándolo en una bestia dócil que consintió ser trasladada a la ciudad, atado con una simple cuerda.

La Gargouille fue quemado en la hoguera, excepción hecha de su boca y cuello que, acostumbrados al tórrido aliento de la fiera, se resistían a arder, en vista de lo cual, se decidió montarlos sobre el ayuntamiento, como recordatorio de los malos momentos que había hecho pasar a los habitantes del lugar.

Para desalojar el agua. Esta curiosa leyenda, más encantadora que real, viene a explicar el origen de la palabra gárgola como sinónimo de escupir agua con facilidad, intención primigenia de las esculturas ubicadas en las cornisas de iglesias y catedrales medievales.

El concepto de una proyección decorativa a través de la cual el agua se expulsase del edificio era conocido desde la antigüedad, siendo utilizado por egipcios, griegos, etruscos y romanos.